TALLER - ITINERARIO
ORNITOLÓGICO
(Por Jesús)
Los días 24 y
25 de octubre se celebró el "Taller Itinerario Ornitológico
en el parque de la desembocadura de Canal de Castilla", organizado por
la comisión de Medio Ambiente y Calidad de Vida del Consejo Social
"La Victoria La Overuela". Si bien se había previsto
un grupo de 20 participantes para que el biólogo ponente, "Petu",
pudiera atender bien a todo el mundo, la demanda de participación en
este taller desbordó las intenciones de la organización y al
final participaron 25 personas, des-tacando la participación conjunta
de padres e hijos que disfrutaron de unas horas de otro tipo de entretenimiento.
La primera jornada se desarrolló en la tarde del viernes, en el Centro Cívico y en ella "Petu" estuvo preparando la jornada del día siguiente. Nos enseñó, en primer lugar, a regular los prismáticos e indicar cual es su correcto uso. A continuación, pasó ya a exponer con qué pájaros nos podíamos encontrar a la mañana siguiente mediante una impresionante colección de diapositivas y sonidos de aves, destacando los sonidos de llamada que serían los que seguramente oiríamos ya que los cantos de cortejo se producen sobretodo en primavera.
El sábado amaneció frío pero seco, lo que facilitó el paseo por el parque, aunque todos íbamos muy abrigaditos. Mientras esperábamos la llegada de los participantes ya pudimos ir viendo y escuchando a numerosas aves, en especial a los patos que se encontraban al final del Canal, junto a la fábrica de harinas.
Iniciamos el recorrido por la parte izquierda del canal, que al presentar más vegetación en el talud que lo separa de la Av. de Gijón, tiene más aves que el margen derecho donde la construcción del parque ha hecho que predomine la hierba y sea menos atractivo para las aves, salvo, por ejemplo, las urracas, que se mueven cómodamente por todas partes.
A medida que avanzábamos
e íbamos descubriendo pájaros, aprendíamos a diferenciarlos,
e incluso a distinguir su sexo. Al principio se hacía muy difícil
distinguir un gorrión de un petirrojo o de un mosqui-tero. Pero al
final del recorrido hasta los niños parecían verdaderos expertos.
Y así, a lo largo de un entretenido paseo nos fuimos cruzando con una
multitud de pájaros distintos que un urbanita como yo nunca soñó
que se pudieran encontrar en un sitio tan reducido y, además, en mi
barrio, al lado de mi casa. Creo que ya no volveré a mirar los árboles
de
la misma manera.
El paseo tuvo su punto culminante cuando en una rama descubrimos tres torcaces que, camino del sur, habían parado a descansar en La Victoria. También vimos una tórtola turca e incluso un cernícalo volando que pasó por encima del parque. Estas son las que destacaron sobre la multitud de mirlos, petirrojos, lavanderas, pollas de agua, ánades, y demás aves que quisieron salir a nuestro encuentro en esa fría mañana otoñal.
Concluido el paseo, todos encantados, instamos a "Petu" a la realización de nuevos talleres que nos permitieran repetir la experiencia, y nos fuimos a discutir los pormenores de otras jornadas ornitológicas mientras calentábamos nuestras manos y gargantas con un merecido café con churros.